La caries y la alimentación

La caries dental es una enfermedad que afecta a los dientes y puede llegar a destruirlos. Se desarrolla porque las bacterias que hay en la boca producen, con los azúcares de la comida, unos ácidos que atacan el esmalte dental y facilitan la entrada de otras bacterias. Es frecuente en niños y adolescentes, pero puede afectar a cualquier persona.

La aparición de las caries depende de la combinación de diferentes factores:

• La falta de higiene bucal.
• La susceptibilidad de los dientes, el esmalte y dentina del diente, la anatomía de la superficie de los dientes.
• El tipo de flora bacteriana.
• El exceso de azúcares de la dieta.

El tratamiento de la caries depende de su extensión y gravedad: inicialmente tratamiento con flúor, y según el estado del diente se puede hacer un empaste, funda, endodoncia o, finalmente, una extracción del diente. Si no se trata una caries puede producir problemas a la hora de masticar, dolor, infecciones y pérdida de piezas dentales. También pueden aparecer manchas en los dientes, agujeros visibles en las piezas afectadas, mal aliento y una sensación desagradable en la boca.

Una detección precoz puede reducir el daño que produce la caries en la boca, por lo que es muy importante visitar al odontólogo al menos una vez al año, en el caso de adultos, y cada seis meses, en el caso de los niños. Unos buenos hábitos de higiene y cuidado de los dientes, así como la reducción del consumo de dulces, especialmente entre comidas, son fundamentales para prevenir la enfermedad.

Consejos:

• Cepillarse los dientes después de cada comida con pasta de dientes con flúor.
• Realizar revisiones periódicas con el dentista y hacer una vez al año una higiene dental.
• Hay que reducir al máximo posible los alimentos ricos en azúcar.
• Evitar alimentos «pegajosos» entre horas, como los caramelos, turrones, frutas desecadas … porque dejan restos en los dientes.

Alimentos a evitar para prevenir la aparición de caries dentales:

• Azúcar blanco y azúcar integral, fructosa, miel.
• Zumos y néctares, batidos de fruta o smoothies, frutas confitadas, mermeladas con azúcar.
• Bebidas azucaradas y carbonatadas, limonadas, bebidas de té con azúcar, bebidas energéticas tipo red bull…
• Chocolate, chocolatinas, bombones, postres lácteos con chocolate, batidos de cacao con azúcar, cremas de cacao tipo Nocilla…
• Dulces y pasteles.
• Cereales de desayuno azucarados y de chocolate.
• Golosinas, chicles.
• Helados y granizados.